domingo, 11 de septiembre de 2011

Periodismo de baño


El único fragmento del día en que leo el diario, es cuando estoy cagando. Mis viejos llenan el piso del baño con diarios esparcidos por todo el suelo para que los perros no dejen tan mojado si es que se pegan la meá. Como buenos ciudadanos que son, mis viejos compran Las Últimas Noticias, a veces la Cuarta, y reciben conforme el Publimetro todas las mañanas: esa es la prensa fresquita que disfruto cada vez que voy al baño. Así que mientras cago, bajo la vista y me pongo a leer con la paciencia del que sabe que tiene que esperar.

No es que salga del baño como un weón informado, eso está claro. Lo bonito –si es que hay algo de bonito en leer el diario y cagar al mismo tiempo- es la dedicación con la que leo unas noticias de mierda -literalmente hablando- que no me interesan y que jamás leería en otro momento. 


Pero los tiempos van cambiando y nosotros vamos cambiando con el tiempo. Confieso que ya no leo el diario. De hecho, pocos lo leen. En cambio leo noticias por Internet, pero solo las que me interesan. No me interesa, por ejemplo, saber lo que le dijo el presidente de la cámara de diputados al parlamentario de renovación nacional. Me importa una raja. 

Hace como dos años me suscribí al Mercurio y definitivamente colapsé. Fui incapaz de consumir tanta información; los diarios se me acumulaban y al final no retenía nada de lo que leía; sentía que me convertía como en un autómata incapaz de procesar lo que recibía... y esa weá me hartó. Decidí que no quería leer más diarios, por lo menos El Mercurio, y tampoco atragantarme con el acontecer nacional si no iba a quedar espacio para la reflexión. "¡Consuma, consuma nomás y no piense tanto!" Otra de las pillerías discretas que publican los medios.

Tampoco me interesa ser ni parecer un tipo actualizado. Nunca me llamó tanto la atención seguir al pie del cañón lo que Fulanito de Tal hizo o dejó de hacer, o lo que dijo o dejó de decir. Eso se lo dejo a los que quieren vivir atornillados a la realidad de la que yo quiero despegar, aunque sea un centímetro del suelo. Prefiero quedarme viendo pasar el viento por mi ventana y levantarme cuando se asome una tormenta para dejarme arrastrar por ella. Prefiero inmortalizarme, bajar la mirada y leer un libro que llevo entre mis manos, que transformarme en una pequeña huella en la arena que se borra con el tiempo disperso.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Por favor no lo intente

Ojalá fuera de las personas que sufren del mal de la página en negro. ¡Ojalá! Arrancar un tema y darle forma y ritmo y sentido no es fácil. Las palabras nunca me sobran y tampoco soy de los que vomita lo que piensa. Y no es que me restrinja, es que simplemente no me nace. Y cuando no me nace, ¡no me nace!
Me gusta dar con las palabras precisas en el momento preciso. Pero me cuesta la paciencia, las horas que avanzan, el sueño que no duermo, me cuesta taaantas cosas, que sigo escribiendo. Si no sé cómo abordar una idea o incluso peor, si no sé de qué escribir y soy consciente que tengo mucho que decir, digo: "sufro del mal de la página en blanco". Y sufro. Sufro de verdad como sufren los que han sufrido de verdad. Es que no es facil escribir (y por eso me gusta tanto). Así que no lo intente, por favor: no lo intente.

Ahora sufro del mal de la página en blanco. Digamos que soy una víctima. Es terrible. Pero no me dejo vencer tan fácil. Escribo sobre por qué no escribo: la manera más valiente y astuta para salir del paso y darme el gusto de escribir. Y solo me puedo dar ese lujo en este espacio. ¿En qué otro lado aceptarían a un tipo que escribe y que confiesa de partida que no sabe sobre qué escribir? Si en algún lado leen a ese tipo de gente, me gustaría saberlo. Pero yo insisto: escribir NUNCA FUE FÁCIL. Así que por favor, se lo digo con razón, por su propio bien, no lo intente. No escriba. Y déjeme escribir a mí.

sábado, 3 de septiembre de 2011

¡Auxilio!

Palabras al olvido

Me acuerdo de ti. Sería imposible no hacerlo. No sé si será el momento para enviarte este mensaje. Quizá es demasiado tarde. Quizá demasiado pronto. Podría estar todo un día discutiendo eso. Por eso te escribo sin pensarlo tanto.


Solo quiero saber de ti, ¿cómo estás? Yo no sé si estoy bien o mal. Mi vida ha tomado un rumbo extraño y a veces se me escapa de las manos. A mis viejos los he hecho sufrir más de la cuenta, aunque yo, por dentro, estoy decidido. Es mi camino y yo mismo lo he construido.


Terminé la página de Francisco Mouat ¿Te acuerdas? fueron varios dolores de cabeza. Sigo trabajando en Total Street y cada publicación está mejor. Sigo yendo al taller de los lunes. Me queda un año de universidad. Sigo leyendo como loco. Y sigo escribiendo, incluso más que antes.


Pero quiero saber de ti. Para mí no ha sido fácil. Ahora yo estoy solo. Yo no sé si tu estarás acompañada. Pero me gustaría saber de ti.


No pienses que es una obligación responderme. Yo te escribí porque creía que era el momento de hacerlo. Si tú crees que no es el momento, lee este mensaje y luego cierra la bandeja.


Yo voy a entender.

jueves, 1 de septiembre de 2011

A Nicanor Parra

Si no le gusta la poesía, lea antipoesía
Si le gusta la antipoesía,
Lea a Nicanor Parra
Si no sabe qué es la antipoesía:
Lea a Nicanor Parra.

Sé que la poesía no está de moda,
pero eso a quién le importa.
Sé que muchos no entienden la poesía,
Porque pretenden entenderlo todo.

Escriba en Google "Nicanor Parra"
Aparecerá casi toda su obra
Pero le doy el dato igual:
Nicanor Parra, Obras Gruesa,
Editorial Andrés Bello.

Es más, le traigo un poema.
A gusto mío, uno de los mejores:
Último Brindis, qué mejor pa' estas fechas
Le dejo dos estrofas
Y usted las completa
Con la sonrisa.

“Lo queramos o no 
Solo tenemos tres alternativas:
El ayer, el presente y el mañana.
Y ni siquiera tres
Porque como dice el filósofo
El ayer es ayer
Nos pertenece en el recuerdo:
A la rosa que ya se deshojó
No se le puede sacar otro pétalo"...